En la esquina noroeste del mar Rojo, cerca del concurrido centro comercial y de la zona turística, los restos de lo que debía ser un restaurante submarino son un activo lugar de buceo. Se entra desde la orilla, en la "playa Kisuski", con 20 metros de inmersión para llegar al lugar. La ruta de inmersión es alrededor del edificio, a distintas profundidades.