La aeronave yace en la arena a una profundidad de 53m. La visibilidad suele ser excelente en el lugar, y los restos del naufragio pueden verse desde 30-35m. Como siempre en los pecios, conviene detenerse un momento para contemplar la silueta del Wildcat. El avión está boca abajo con la cabina abierta en la arena.

Un sitio variado compuesto por laderas de pedregal, cañones estrechos, zonas arenosas y posidonia. Todo ello realzado por dos pecios (el Spahis y el General Paoli).

El avión descansa plano sobre un fondo ligeramente inclinado en medio de rocas. Falta la hélice y la cabina está abierta. Una de las alas descansa sobre la arena y la segunda está en aguas abiertas.

Es una inmersión difícil, tanto por su profundidad como por la fuerte corriente que suele haber en el lugar. Su pequeño tamaño hace que sea difícil de localizar, el pecio no tiene ningún interés y no hay ninguna fascinación particular en verlo por primera vez.

De 0 a 34 m, con su famosa "pista de esquí" por la impresionante pendiente arenosa de 45° que la caracteriza, este punto de inmersión está situado al noroeste de la isla de Bagaud, una de las más pequeñas de las islas Hyères, en el corazón del Parque Nacional de Port-Cros.

Paradas rocosas compuestas por rocas planas rodeadas de posidonia. Una roca perforada con un agujero redondo recibe el apodo de "L'oeil de Bagaud" El tráfico marítimo en el paso es intenso.

En el extremo noreste de la isla de Port-Cros, la Pointe de la Galère es una de las inmersiones más bellas del Parque Nacional. La inmersión tiene lugar a lo largo de una punta rocosa que desciende hasta 34...

Al sureste de la isla de Port-Cros, la Pointe du Vaisseau es una inmersión que se asemeja mucho a la de la Gabinière, tanto por la flora como por la fauna que se puede encontrar en ella. Sin embargo, y a diferencia de la Gabinière Est o el Sec de la Gabinière, hay mucha menos corriente.

Situada al sureste de Port-Cros, la Pointe de la Croix presenta una topografía similar a la Pointe de Montrémian, es decir, un largo alto rocoso de unos metros de altura, rodeado de posidonia.

Una bajada bien señalizada en el lado oriental del islote de la Gabinière ofrece sorprendentes perspectivas de relieve y una sensación de sobrevuelo que siempre se agradece, ¡sobre todo cuando hay corriente!